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ANGÉLICA LOZANO: HISTORIA DE UNA MARIONETA POLÍTICA QUE MERECE EL OLVIDO

No traicionó. No se equivocó. No improvisó. Depredó. Lo que ha hecho Angélica Lozano con la reforma laboral es una clase magistral de cómo manipular, mentir, traicionar y construir poder desde el cinismo absoluto. No estamos ante una congresista oportunista. Estamos ante una arquitecta de la falsedad, una ejecutora del engaño político, una operadora al servicio de su esposa, Claudia López, y del clan que pretende instalarse nuevamente en el poder.

Este artículo no es una crítica. Es un dictamen. Aquí no se analiza: se sentencia. Lozano debe ser barrida del panorama político con la misma contundencia con la que ella enterró la dignidad de los trabajadores. Que no quede duda: su carrera debe terminar. Y debe hacerlo ahora.

SABOTAJE PREMEDITADO, TRAICIÓN FRÍA

Desde el primer minuto, Angélica Lozano y su bloque actuaron como francotiradores encubiertos del proyecto del pueblo. La reforma laboral impulsada por el gobierno fue torpedeada sin miramientos en la Comisión Séptima. ¿Las razones? No técnicas. No éticas. Políticas. Lozano no quería una victoria del gobierno. No quería que Petro capitalizara un triunfo popular. Quería arruinar el proceso para luego apropiarse de sus restos.

Cuando vieron que la presión social y la amenaza de una consulta popular les podía costar caro, pasaron al siguiente movimiento: simular un consenso, revivir la reforma, y colocarse como sus nuevas madrinas. La maniobra más sucia y cobarde de la política reciente.

RESURRECCIÓN DE UN CADÁVER PARA LA CAMPAÑA DE CLAUDIA

Entra en escena la Comisión Cuarta. Lozano, con la ayuda silenciosa pero eficaz de Efraín Cepeda, toma el control del debate. Pactan protagonismo, reflectores y puesta en escena. Se redactan comunicados. Se pactan intervenciones. Se diseña una operación de imagen milimétrica: Lozano aparece ante el país como una legisladora ejemplar, moderna, justa, moderada. Una farsa.

La estrategia es transparente: utilizar la reforma que combatieron como plataforma electoral para Claudia López. La esposa, desde redes, aplaude. El séquito mediático del centro verde repite el guión: consensos, logros, resultados. Pero debajo de ese barniz se esconde el cadáver mutilado de una reforma que alguna vez fue del pueblo.

DESCUARTIZAR PARA APARECER COMO SALVADORA

Lo aprobado en la Comisión Cuarta no es una victoria: es una masacre legislativa. El texto fue mutilado hasta lo irreconocible:

  • Se dejó sin cobertura real a los aprendices y a los trabajadores del SENA.
  • Se excluyó a sectores enteros: campesinos, transportadores, vigilancia, trabajadoras del hogar.
  • Se legalizó una jornada laboral de 4 días sin límite diario, abriendo paso a la explotación sin pago de horas extra.
  • Se borraron artículos fundamentales sobre salud menstrual, licencias médicas, estabilidad laboral, subcontratación y trabajo doméstico.
  • Se transformó una reforma progresista en un documento empresarial con lenguaje maquillado.

Y lo peor: Lozano celebró todo esto como un logro. Como si no hubiese sido ella misma quien ayudó a enterrar las propuestas originales.

LA MENTIRA COMO MÉTODO, EL CINISMO COMO DISCURSO

Frente a las críticas, Lozano responde con cinismo. Niega vínculos con Claudia López como si el país entero no conociera su agenda compartida. Denuncia persecuciones, habla de ataques, se victimiza. Lanza la frase más patética de su carrera: “¿Qué tiene que ver mi esposa en mí?”

Tiene que ver todo. Porque toda esta operación legislativa es una operación de campaña. Porque la maquinaria de Claudia López es la que está en juego. Porque están usando los derechos laborales del pueblo como escalera electoral. Y eso, en cualquier país con dignidad política, se llama crimen.

EL PUEBLO YA NO TRAGA CUENTO

Lozano creyó que podía disfrazarse de heroína después de ser verduga. Creyó que bastaba con reaparecer entre cámaras y discursos vacíos para lavar sus pecados. Creyó que podía apropiarse de una lucha que nunca fue suya. Pero esta vez se equivocó. La calle la ha visto. El movimiento social la ha entendido. Y el pueblo no la acompaña.

VEREDICTO: EXILIO POLÍTICO INMEDIATO

Angélica Lozano debe ser expulsada del escenario político. No con violencia, sino con conciencia. No con escándalo, sino con organización. Que su nombre sea recordado como sinónimo de traición. Que cada voto en su contra sea un acto de memoria. Que cada trabajador que lea estas líneas sepa que fue usada, despreciada y engañada.

Y si Claudia López pretende llegar a la presidencia sobre los escombros de esta manipulación, que se prepare para enfrentar la misma furia popular. Porque quien nace de la mentira no puede gobernar con legitimidad.

La historia no absuelve. Y el pueblo, cuando despierta, arrasa.

Nos vemos en las urnas…

G.S.

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